22.10.09

Traducción: Tres poemas de Mario Luzi

Selección,traducción, y nota de Rodolfo Alonso

Si alguna vez intuí, como prueba de fuego con respecto a una gran poesía, precisamente su dificultad para ser traducida a otra lengua, diferente de aquella en la que había logrado encarnar como ser vivo de lenguaje, soberbia y orgánicamente autónomo, la del límpido, entrañable italiano Mario Luzi (nacido nada menos que en Florencia, el mismo año en que se desencadenaba la primera guerra mundial) resulta en forma explícita un paradigma, un testimonio viviente, una evidencia. La sobria, voluptuosa musicalidad de estos versos perfectos, no se agota sin embargo en sí misma. Sonido y sentido, esa carne viva de lenguaje, obviamente intransferible, con ser bellamente modulada, nunca deja de contagiarnos al mismo tiempo la presencia de un yo y un mundo hondamente aprehendidos. ¿Por qué no animarnos todavía a seguir llamando clásicos a estos modernos poemas, transidos y cantados, donde el oído atiende directamente al corazón de la belleza en el dominio de una humanísima experiencia humana, en la tensión efímera y eterna del tiempo y la memoria de nuestra condición, ineludible, volátil e indeleble? Toda traducción, entonces, toda palabra acaso, no dejarán, nunca, de ser, para mí, y temblorosamente, al mismo tiempo que sincero homenaje e intención frustrada, digna y patéticamente, aproximativas.
R. A.




MARFIL

Habla el ciprés equinoccial, oscuro
y montuoso el macho cabrío exulta,
dentro de rojas fuentes lavan lentas
las yeguas de los besos a sus crines.
Desde las tenues selvas a ciudades
excelsas inmensos chocan ríos
largamente, se mueven en un sueño
afectuosas velas hacia Olimpia.
Correrán las intensas vías de Oriente
oreadas muchachas y en mercados
salobres mirarán el mundo alegres.
¿Pero dónde alcanzaré yo a mi vida
ahora que el tembloroso amor ha muerto?
Al horizonte lo violaban rosas,
vacilantes ciudades en el cielo
rociadas por jardines tormentosos,
en el aire su voz era una roca
infecunda de flores y desierta.



AVORIO

Parla il cipresso equinoziale, oscuro
e montuoso exulta il capriolo,
dentro le fonti rosse le criniere
dai baci adagio lavan le cavalle.
Giú da foreste vaporose immensi
alle eccelse città battono i fiumi
lungamente, si muovono in un sogno
affettuose vele verso Olimpia.
Correranno le intense vie d’Oriente
ventilate fanciulle e dai mercati
salmastri guarderanno ilari il mondo.
Ma dove attingerò io la mia vita
ora che il tremebondo amore è morto?
Violavano le rose l’orizzonte,
Esitanti città stavano in cielo
asperse di giardini tormentosi,
la sua voce nell’aria era una roccia
deserta e incolmabile di fiori.





DIANA, DESPERTAR

El viento libre luce entre los humos
de la llanura, el monte ríe raro
iluminándose, surgen relumbres
del agua, ¿hay mensaje más caro?

Hora es de levantarse, de vivir
puramente. Ya vuela en los espejos
un sonreir, un temblor en los vidrios,
vuelve un sonido a confundir los oídos.

Y tú acudes alegre y contradices
de inmediato a la muerte. Así cuando
se abre una puerta desbordan felices
los colores, la sombra va de vuelta

a disolverse. Nacen rientes imágenes,
en la sangre se filtra, ciego vuelve,
el espíritu del sol, nos llevan céfiros
consigo: a existir, a extinguirse en un día.



DIANA, RISVEGLIO

Il vento sparso luccica tra i fumi
della pianura, il monte ride raro
illuminadosi, escono barlumi
dall’acqua, quale messaggio più caro?

È tempo di levarsi su, di vivere
puramente. Ecco vola negli specchi
un sorriso, sui vetri aperti un brivido,
torna un suono a confondere gli orecchi.

E tu ilare acorri e contraddici
in un tratto la morte. Cosí quando
s’apre una porta irrompono felici
i colori, esce il buio di rimando

a dissolversi. Nascono liete immagini,
filtra nel sangue, cieco nel ritorno,
lo spirito ldel sole, aure ci traggono
con sé: a esistere, a estiguerci in un giorno.





MARINA

Qué exhaustas aguas contra la frágil costa,
qué oleada gris contra los postes. E islas
más allá y bancos donde un incierto afán
se separa del día que nos deja.

Qué dispersas lluvias navegas, qué luces.
¿Cuáles? ignora si no finge el pensar,
si no recuerda niega: allá viví,
consciente aquí del tiempo de otro modo.

Qué memoria heredamos, qué imágenes,
qué edades no vividas, qué existencias
fuera de la alegría y del dolor
luchan en la marea con los muelles

o en el mar que florece y se despide.
Regresas tú, te acoges a esta orilla
y en el cielo que zarpa chirría un pino
de pájaros que vuelven, corazón.



MARINA

Che acque affaticate contro la fioca riva,
che flutti grigi contro i pali. Ed isole
più oltre e banchi ove un affanno incerto
si separa dal giorno che va via.

Che sparse piogge navighi, che luci
Quali? il pensiero se non finge ignora,
se non ricorda nega: là fui vivo,
qui avvisato del tempo in altra guisa.

Che memorie, che immagini abbiamo ereditate,
che età non mai vissute, che esistenze
fuori della letizia e del dolore
lottano alla marea presso gli approdi

o al largo che fiorisce e dice addio.
Rientri tu, ripari a questa proda
en el cielo che salpa un pino stride
d’uccelli che rimpatriano, mio cuore.

1 comentario:

Hugo Correa dijo...

hola: podrías añadir la fuente de los poemas (publicación, nombre del poemario, etc) gracias será muy útil. puedes buscarme en fbk o en

http://alconatus.blogspot.com/2010/01/la-almohada-de-jacob.html

abrazo