22.9.16



Contratapa  |  Miércoles, 21 de septiembre de 2016
Robert Capa, fotógrafo de guerra

Por Rodolfo Alonso *



Hoy es imposible imaginarlo. Durante largo tiempo los diarios fueron interminables columnas de texto, y sólo mucho después osaron incluir caricaturas y dibujos. Pero nada fue igual después de la inolvidable cámara Leica de 35 mm. Distribuida hacia 1925, la Leica simplificaba y aceleraba la carga o descarga de películas, permitía intercambiar lentes, su menor tamaño acentuaba al máximo la movilidad del fotógrafo, y el flash modernizado dejó trabajar sin luz. Además, el cable submarino permitió a las fotos “viajar” tan rápido como las notas periodísticas. Y todo ayudó a gestar un nuevo periodismo, con la foto en rol cada vez más predominante. Que cobró escala mundial con un gran acontecimiento político-social: la guerra civil española (1936-1939), a la que hizo legendaria la espontánea resistencia popular contra el fascismo.
Las desgarradoras imágenes de esa lucha ejemplar, fueron prácticamente las primeras fotos que publicó el periodismo, con inusitada conmoción. Y allí comenzó a destacarse quien sería el mejor fotógrafo de guerra: Robert Capa. Que en veinte años fotografió cinco grandes contiendas, siempre desde el frente de combate. Y cuya vida es tan apasionante como sus obras. Su verdadero nombre era Ernö o Ernest Andrei Friedmann, de una rica familia judía de Budapest, donde nació en 1913. La crisis de 1929 obligó a convertir su hogar en taller. Vagando por las calles conoció a una joven: Eva Besnyo, fanática de la fotografía. Ella le contagió para siempre esa pasión.
A los diecisiete, otro encuentro clave: Lajos Kassak, poeta y pintor constructivista de ideas socialistas, que lo introduce en arte y en política. Pero el fascismo copa Hungría, y a un judío progresista sólo le quedó el exilio. Llega a Alemania, donde la situación no cesa de empeorarse, para recalar al fin en París, entonces la capital artística del mundo. Allí un colega, David Seymour, le consigue el primer trabajo: cronista fotográfico.
Ya lo acompaña Gerda Taro, fotógrafa alemana de origen polaco, que sería su pareja de 1932 a 1936. Juntos exponen en París sin suerte, y juntos crean un personaje inexistente: el norteamericano y excéntrico Robert Capa, merced al cual consiguen éxito, incluso económico. Desde entonces, ese será su nombre.
Pero su bautismo real como fotógrafo comienza a partir del 18 de julio de 1936, tomando partido por la República española asediada por el alzamiento militar franquista, al desatarse la guerra civil. Allí permanecerá, junto con Gerda, desde los primeros combates hasta la derrota final, tan dolorosa como injusta.
Las fotos de Robert Capa sobre esa guerra mitológica, son vívidamente originales. Su enfoque y su proximidad directa con los hechos le permiten captar rostros, gestos, acciones y hasta sentimientos, momentos que vuelven significativos la intensidad de su mirada y su profundo humanismo. Esas primeras fotos tan tocantes de una guerra que no sólo afectó a España sino al mundo entero, dividido en dos bandos, tuvieron inmediata e inmensa resonancia.
Y especialmente una de ellas, publicada por “Life”, llegó a ser junto con el “Guernica” de Picasso uno de los íconos de aquella lucha. Esa foto memorable convierte en viva realidad el instante justo en que un humilde miliciano de alpargatas y cartuchera al pecho, alcanzado por una bala fascista, comienza a caer junto con el fusil que esta soltando. Mucho después se supo: fue tomada en los combates de Cerro Muriano, durante septiembre de 1936, y en su pueblo de Alcoy identificaron al protagonista, Federico Borrell García, militante anarquista.
Y la tragedia alcanza a Gerda, que en julio de 1937, en plena retirada de la batalla de Brunete, mientras viaja sobre el estribo de un auto, fue despedida en el curso de una brusca maniobra para esquivar un tanque, que terminó aplastándola.
Esas fotos dieron la vuelta al mundo, concretando un nuevo periodismo y consagrando a un fotógrafo excepcional. Radicado en Estados Unidos, entre 1941 y 1945 fue corresponsal de “Life” en la segunda guerra mundial. Donde reiterará reportajes históricos, como el desembarco de las tropas aliadas en Normandía, el famoso día-D, 6 de junio de 1944, donde Robert Capa volvió a estar en primera fila.
En 1946 se hace ciudadano estadounidense. Y al año siguiente funda la prestigiosa Magnum Photo, primera y más que célebre agencia cooperativa mundial de fotógrafos independientes, como su viejo amigo David Seymour o el gran maestro Henri Cartier-Bresson quien, escapado de un campo de concentración nazi, pudo llegar a tiempo para fotografiar la liberación de París.
Visitando Japón, en 1954 vuelve a ser enviado por “Life” a la primera guerra de Vietnam. El 25 de mayo, cruzando una selva frondosa con un destacamento francés muere en su ley, destrozado por una mina. Ironía del azar: inicia su vida con simpatías revolucionarias, y concluye acompañando una guerra imperialista. Volviendo visionarias estas palabras suyas: “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, es que no estabas lo bastante cerca.”
Pero las conmovedoras fotos de Robert Capa en la guerra civil española siguen cimentando su prestigio. Lo probó la repercusión que tuvo, en 2008, el hallazgo en México de una valija perdida con innumerables e invaluables negativos de aquellos días de dolor y de gloria.
Vigencia ya evidente en 2001, cuando desde la tapa de un exitoso libro de Javier Cercas: “Soldados de Salamina”, ligado a fondo con la guerra civil, volvió a correr el mundo otra foto indeleble de Robert Capa. Es el rostro de un hombre, tenso, firme. Con barba crecida, una nariz tan decidida como la luz inolvidable de su mirada, unos labios cerrados que delatan un carácter tenaz y convencido. La mano derecha se acerca a la frente como en saludo militar, pero con puño cerrado. Lleva un pañuelo suelto al cuello, y unas ropas tan usadas por la vida como el rostro mismo.
Es una de las muchas fotos que tomó Robert Capa durante la emocionante ceremonia de despedida en Barcelona, el 25 de octubre de 1938, a los voluntarios de las Brigadas Internaciones, que desde todo el mundo acudieron a pelear contra el fascismo.
¿Qué vuelve arte a esa faz áspera y ruda, a ese carácter resuelto, a esa firme voluntad de no cejar, ya desnuda en los ojos? Probablemente la evidencia de lo que puede la fotografía en su propio lenguaje: revelar, promovernos una revelación. Algo que surge en toda la obra de Robert Capa, pero que en esta foto en especial se nos hace patente: la vivencia de la verdad, la autenticidad absoluta de un ser, de un rostro humano.
Todas las fotos de Robert Capa fueron en blanco y negro, como si acentuara su radical diferencia con Hollywood.
* Poeta, traductor, ensayista.
© 2000-2016 www.pagina12.com.ar  |  República Argentina  |  Todos los Derechos Reservados

19.9.16

NUEVO LIBRO EN GALLEGO DE RODOLFO ALONSO







La editorial Barbantesa, Cangas-Sevilla, acaba de publicar un segundo libro en idioma gallego de Rodolfo Alonso.
Se trata de "Tango del gallego hijo", narrativa, con traducción de Moisés Barcia.
El mismo sello publicó, el año pasado, su primer poemario en idioma gallego: "Cheiro de choiva", con prólogo de X. L. Méndez Ferrín.
Como se recordará, Rodolfo Alonso es un reconocido poeta, traductor y ensayista argentino, de padres gallegos e infancia bilingue.


RodolfoAlonso en Pravda



Sociedade » Cultura

Rodolfo Alonso, o fabricante de encantos
31.07.2016

Rodolfo Alonso, o fabricante de encantos. 24813.jpeg
Na contracapa, há um texto de Carlos Drummond de Andrade (1902-1987) em que o poeta diz que Alonso não usa as palavras pela sensualidade que desprendem, mas pelo silêncio que concentram. Mais: que "sua poesia tenta exprimir o máximo de valores no mínimo de matéria vocabular, impondo-se por uma concisão que chega à mudez".
                                                                                                         

     I



Versão impressa
+  - Tamanho da Fonte
Enviar para um amigo
Depois de conhecer Antologia Pessoal, do poeta argentino Rodolfo Alonso, edição bilingue, com traduções de José Augusto Seabra (1937-2004), Anderson Braga Horta e José Jeronymo Rivera (Brasília, Thesaurus Editora, 2003), o leitor brasileiro tem a oportunidade de entrar em contato com Poemas Pendentes, do mesmo autor, igualmente em edição bilingue, com tradução de Anderson Braga Horta e apresentação de Lêdo Ivo (1924-2012), que acaba de chegar ao mercado pela Editora Penalux, de Guaratinguetá-SP. Adelto Gonçalves (*)

            Um dos maiores poetas latino-americanos do nosso tempo, Rodolfo Alonso tem tudo para ser o primeiro argentino a ganhar o Prêmio Nobel de Literatura, mas, a exemplo de Jorge Luis Borges (1899-1986), Julio Cortázar (1914-1984) e Ernesto Sabato (1911-2011), corre o risco de ser igualmente esquecido pela Academia Sueca, que, na América Latina, premiou Gabriela Mistral (1945), Miguel Ángel Astúrias (1967), Pablo Neruda (1971), Gabriel García Márquez (1982), Octavio Paz (1990) e Mario Vargas Llosa (2010).
                                                           II

            Na contracapa, há um texto de Carlos Drummond de Andrade (1902-1987) em que o poeta diz que Alonso não usa as palavras pela sensualidade que desprendem, mas pelo silêncio que concentram. Mais: que "sua poesia tenta exprimir o máximo de valores no mínimo de matéria vocabular, impondo-se por uma concisão que chega à mudez".
            Quer dizer, depois de uma apresentação como essa, não há muito para um resenhista o que acrescentar. Mas ainda vale a pena reproduzir o que Lêdo Ivo no prefácio disse dele, a quem chamou, com incontestável precisão, de "fabricante de encantos": nesta coletânea, os poemas se exibem sempre em sua nitidez e concretude, com a rigorosa face imagística.
            Lêdo Ivo, outro grande poeta esquecido pela Academia Sueca, aponta para o pano de fundo que cerca a poesia de Rodolfo Alonso, dizendo que sempre aponta para "uma era de emergências e turbilhões do século XX, como seu extenso catálogo de colisões e mudanças". É o que se pode ver neste trecho do poema mais extenso desta coletânea, "Ocupem-se de Arlt", de 1977, em que ele homenageia o romancista Roberto Arlt (1900-1942), que, em tão pouco tempo de vida, criou obras fundamentais, como Los siete locos (1929), um romance sobre a impotência do homem diante da sociedade que o oprime e obriga a trair seus ideais e a aceitar a hipocrisia burguesa. Eis um trecho:
                        Recordo a primeira vez que vi atuar a Aliança

                        os primeiros noticiosos do pós-guerra

                        rostos de homens mulheres meninos judeus quase sempre

                                   em ossos atrás de arame farpado

                        os campos de concentração que nunca esquecerei

                        como o inextinguível esplendor leproso do cogumelo de

                                   Hiroxima

                        a primeira vez que foram me buscar no colégio um dia de chuva

                                   como um casaco para lançar-me aos ombros não tinha capa

                        Recordo o barulho da chuva sobre o teto de um automóvel dentro

                                   do qual sou um menino que sobe pela primeira vez num carro

                        quando havia poucos carros

                        e descobre ambas as coisas

                        a intimidade de um interior em movimento  a intimidade da chuva

                                   a cara íntima que a cidade dá à chuva no outono o prazer de

                                   escutar chover sobre um teto

                        Recordo a impossibilidade da prosa para contar tudo isso

                        Recordo estas duas linhas de Rafael Alberto Arrieta

                        ("Sol da manhã/ glória do inverno")

                        lidas num de meus primeiros livros de leitura

                        nas quais sem dúvida descobri a poesia

                        por experiência própria

                        e de uma vez para sempre

                        Quisera vir a ler outra vez Os sete loucos (...)

            Para o leitor brasileiro - pouco conhecedor da história argentina -, o tradutor Anderson Braga Horta lembra que a Aliança aqui citada é uma referência ao violento grupo de extrema direita Alianza Libertadora Nacionalista, muito ativo à época do primeiro período do governo de Juan Domingo Perón (1895-1974), que vai de 1946 a 1955. Acrescente-se aqui que Rafael Alberto Arrieta (1889-1968) foi um professor e poeta que chegou a ocupar a presidência da Academia Argentina de Letras (1964), ligado ao modernismo do nicaraguense Rubén Darío (1867-1916), que nada tem a ver com o modernismo brasileiro, mas com a tendência francesa art nouveau.
            Composto em parte por poemas mais antigos que não apareceram em livros anteriores e em parte por poemas recentes, alguns curtos, de duas linhas, mas não hai kais, este livro traz ainda uma homenagem - a que poucos poetas brasileiros fizeram - à cantora brasileira Maria Bethânia, de 2007, em que se lê:
                                   (...) Há tom, há densidade,

                                   há gravidade, há timbre,

                                   há palavra que canta

                                   e há música que expressa

                                   a pulsação que sentes.

                                   Rege, Bethânia, ordena

                                    a poesia do mundo,

                                   torna o caos em sentido,

                                   a altura em canto fundo,

                                   e faz do intenso, alento (...)

                                                           III

            Poeta, tradutor e ensaísta reconhecido internacionalmente, Rodolfo Alonso (1934) foi pioneiro na tradução para o castelhano na América Latina dos poemas de Fernando Pessoa (1888-1935), especialmente de seus heterônimos, e de grandes poetas brasileiros, dos quais era amigo como Carlos Drummond de Andrade, Murilo Mendes (1901-1975), Manuel Bandeira (1886-1968) e Lêdo Ivo.
            Publicou mais de 30 livros. Traduziu poemas do francês, italiano e galego. Foi editado não só na Argentina como no Brasil, Bélgica, Colômbia, Espanha, inclusive em galego, México, Venezuela, França, Itália. Cuba, Chile e Inglaterra. Destacam-se as suas celebradas traduções de grandes poetas como Giuseppe Ungaretti (1888-1970), Cesare Pavese (1908-1950), Paul Eluard (1895-1952), Eugenio Montale (1896-1981), Charles Baudelaire (1821-1867) e Guillaume Apollinaire (1880-1918), entre outros.
            Entre as distinções que recebeu, estão o Prêmio Nacional de Poesia e o Prêmio Único Municipal de Ensaio Inédito (por La voz sin amo), da Argentina, a Ordem Alejo Zuloaga da Universidade de Carabobo, na Venezuela, e Palmas Acadêmicas, da Academia Brasileira de Letras. Seu último livro de poemas, El arte de callar, obteve o Prêmio Festival Internacional de Poesia de Medellín, na Colômbia.
            Seu arquivo pessoal (textos e fotos) encontra-se em fase de catalogação na Universidade de Princeton, nos Estados Unidos. Recentemente, foi lançada em inglês The art of keeling quiet (Salt, Cambridge, 2015). Na França, saíram no mesmo ano L´art de se taire,com prólogo de Juan José Saer (Paris, Reflet de Lettres), e Dernier tango à Rosario (Paris, Al Amar) e está para ser lançado Entre les dents, com prólogo de Juan Gelman (Toulouse, Po&psy/Erès). Na Espanha, saiu em idioma galego Cheiro de choiva (Cangas, Barbantes, Cangas, 2015) e está prevista a publicação de Tango do galego fillo (Cangas, Rinoceronte). Dirigiu sua própria editora, com um catálogo de mais de 250 livros.
________________________________



Poemas Pendentes, edição bilingue, de Rodolfo Alonso. Tradução e notas de Anderson Braga Horta, com apresentação de Lêdo Ivo. Guaratinguetá-SP: Editora Penalux, 2016, 198 págs. E-mail: penalux@editorapenalux.com.br

Site: www.editorapenalux.com.br

__________________________________



(*) Adelto Gonçalves, mestre em Língua Espanhola e Literaturas Espanhola e Hispano-americana e doutor em Literatura Portuguesa pela Universidade de São Paulo (USP), é autor de Os vira-latas da madrugada (Rio de Janeiro, José Olympio Editora, 1981; Taubaté, Letra Selvagem, 2015), Gonzaga, um poeta do Iluminismo (Rio de Janeiro, Nova Fronteira, 1999),Barcelona brasileira (Lisboa, Nova Arrancada, 1999; São Paulo, Publisher Brasil, 2002), Bocage - o perfil perdido (Lisboa, Caminho, 2003), Tomás Antônio Gonzaga (Academia Brasileira de Letras/Imprensa Oficial do Estado de São Paulo, 2012), eDireito e Justiça em Terras d´El-Rei na São Paulo Colonial (Imprensa Oficial do Estado de São Paulo, 2015), entre outros. E-mail: marilizadelto@uol .com.br

- See more at: http://port.pravda.ru/sociedade/cultura/31-07-2016/41455-rodolfo_alonso-0/#sthash.hNUuW7Yn.dpuf